sábado, 14 de abril de 2012

Dime que radio haces y te diré quien eres

Sin duda la manera de concebir y hacer radio dice mucho de quién la produce, pero también  del ambiente sociocultural en que se hace. Uno puede pensar que en todo el mundo se siguen más o menos las mismas pautas que lo que escuchamos en México, pero, afortunadamente no es así. La manera de pensar y hacer la radio varía mucho de un país a otro. En ciertas sociedades hacer radio significa variedad, pluralidad, privilegio a la calidad de contenidos; en otras, por el contrario, como el caso Méxicano, es mantenerse bajo rígidos esquemas que se repiten una y otra vez a lo lago y nacho del cuadrante. En gran parte debido a la miopía de miras de sus directivos, y a una notable falta de creatividad a la hora de producir contenidos radiofónicos, por parte de sus hacedores. También están las ataduras que imponen  un modelo comercial copiado de los Estados Unidos y llevado hasta sus límites  extremos. De tal manera que se tiene una radio de muy baja calidad, muy repetitiva de sus contenidos, muy limitada en sus alcances culturales y por lo tanto también muy restringida en su variedad programática.  Cuestiones que se ven agravadas por el uso político que se hace de la propia radio y que en tiempos electorales se ve exagerado hasta sus límites. La regla a seguir es repetir los mismos contenidos, sea publicidad, propaganda, información noticiosa, música, programas, etc. una y otra vez, hasta la saturación, sin percibir, que tal repetición tarde que temprano acaba por hartar y consecuentemente provocar el efecto contrario al deseado -aculturar-, esto es el rechazo. Lo vemos con la propaganda política actual de manera muy clara, repetida hasta el empacho. Pero como decíamos no en todo el mundo es lo mismo. Hay muchos radiodifusores que entienden y crean radio de manera bastante más inteligente y divertida, consecuentemente de mayor calidad. Una radio que da gusto escuchar, pues se sitúa por encima del esquema antes descrito. Entienden que la radio es más que una fuente de enriquecimiento y que hacer radio obedece a pautas y motivaciones muy diferentes que el afán de lucro. Lo que no significa reconoce el legítimo derecho a obtener de la actividad radiofónica los ingresos suficientes para vivir decentemente.  En México es necesario transitar del modelo actual centrado en la ganancia económica de sus propietarios a un esquema más avanzado de radiodifusión centrada en la calidad y la multiculturalidad donde el beneficiado es, en primer lugar, el radioescucha.  Dado que en México, como en otras partes del mundo, las radiodifusoras de AM y FM transmiten también ya por Internet, y logran un alcance mundial, se vuelve más critico el asunto del tipo de radio que se hace, pues este le dice al mundo quienes somos, como pueblo, sociedad y cultura.

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