viernes, 17 de agosto de 2012

Paradero de Tepotzotlán, un peligro para los pasajeros

Cuando uno viaja del interior del país, de la zona centro o norte, hacia la ciudad de México, por vía terrestre, viajando en autobús, ingresa a la capital de la República por la autopista México- Queretaro.
Al pasar por la última casesta, la del poblado llamado Tepozotlán, mucha gente que vive en la zona pide lo dejen descender del omnibus justo pasando la caseta, para evitar tener que llegar hasta la Central de Autobuses del Norte y luego regresar hasta el estado de México. Durante muchos años el descenso se llevó a cabo a unos metros de la caseta de cobro, en donde los buses se paraban momentaneamente para permitir que algunos pasajeros se bajaran. Ultimamente se habilitó un terreno valdío  como parador unos 150 0 200 metros adelante.  El problema es que dicho terreno carece de la más mínima infraestrucura adecuada para ser utilizado como paradero para los autobusess que se dirrigen desde diversos puntos de la provincia mexicana, a la ciudad de México, por lo que los pasajeros que allí descienden lo hacen en condiciones no sólo incómodas sino peligrosas. La Secretaría de Comunicaciones y Trasnportes (SCT) no ha hecho nada al respecto y con ya su tradicional indolencia permite que los usuarios del autotrasnporte federal de pasajeros pongan en peligro su vida y salud en dicho paradero. El tereno no ofrece ninguna seguridad ni para los autotransportistas ni para los usuarios, por lo que ya la SCT debería intervenir. Dichos paraderos son importantes dadas las dimensiones de la ciudad de México y su zona conurbada, por lo que la Secretaría, en acuerdo con los empresarios del ramo, debieran haber construído en ese terreno un paradero en toda forma, que permitiera contar con los andenes, patio de maniobras, salas de espera, sanitarios, estacionamiento para taxis y particulares, que hicieran la operación eficiente y segura. Pero se hicieron las cosas a la mexicana, improvisando sobre las rodillas, sin consideración alguna a los pasajeros y las personas que eventualente van a recogerlas, o a los taxistas que se han instalado en los alrededores para brindar su servicio de trasnporte local. Violando así las leyes y reglamentos en la materia, o aprovechando la ausencia de los mismos. Y demostrando una falta de cooordinación entre las autoridades de transporte federal, estatal y municipal. Lejos de haber solucionado el problema de los pasajeros le han creado nuevas dificultades por lamanera tan irreponsable de hacer las cosas.

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