jueves, 16 de agosto de 2012

Convocatoria presidencial por la educación vial

El día de hoy, el Presidente de la República, Felipe Calderón, convocó a la sociedad a llevar a cabo un programa de educación vial a nivel  nacional, con el fin de reducir el número de accidentes y con ello abatir el número de muertos que produen los mismos accidentes. Ciertamente es un llamamiento más que pertinente pero que se hace tardíamente, a finales del sexenio, justo cuando se está a punto de entregar la banda presidencial a su sucesor. No puede uno menos que preguntarse ¿por qué hasta ahora? si las cifras de accidentes, daños materiales, muertos y heridos se tienen prácticamente al día.
Sin duda es una falla más, de las muchas que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) ha tenido a lo largo de esta administración´pública. Lo cierto es quesí, haya que llevar a cabo un programa a nivel nacional, que incluya los tres niveles de gobierno, pues los accidentes viales se dan tanto en autopistas, caminos federales y estatales, así como en las zonas urbanas y metrópolis del país. Hay que educar a conductores de automóviles, camiones, autobuses, motocicletas y bicicletas, pero también a peatones. Todos deben conocer y respetar las leyes y reglamentos de tránsito. Y hacer del conociminto de esa normatividad una parte de la cultura, para que no haya que tener siempre enciam del conductor o el petaón a la autoridad de tránsito. La norma debe respetarse esté o no presente un policía o grupo de ellos. La reglamentación debe ser interiorizada por el ciudadano. No se debe esperar a tener un accidente o sufrir la imposición de una multa o arresto para respetar la ley. Esa ha sido la realidad cotidiana y desafortunadamente ha dado lugar a muchas perdidas de vida, lesiones graves y pérdidas materiales de no poca magnitud. La educación vial debe empezar desde temprana edad y debe ser propuesta de una manera imaginativa y creativa, que resalte los aspectos positivos del respeto a la norma, en lugar de hacer énfasis en las prohibiciones, los castigos y la penas. Hay que remarcar lo mucho que se gana al seguir la reglamentación vial, especialmente en la preservación de la vida, en la prevención de lesiones, en la evitación de sanciones, tales como pago de multas o privación de la libertad. Y claro, para quienes manejan, cualquier tipo de vehículo, en una conducción menos estresante y tensionante. Muchos accidentes son producto de esas dos condiciones, además de otras más posibles. Aunque la conocatoria llega tardiamente, esperemos sea recogida por autoridades estatales y municipales, así como por las federales en cuanto tome possesión el nuevo gobierno, pero sobre todo, por la sociedad civil misma, que también en este ámbito tiene un papel central que llevara cabo con toda responsabilidad y compromiso.

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