lunes, 5 de diciembre de 2011

Industria automotriz e interés ciudadano

Hace ya poco más de 100 años, el secretario de Hacienda de Don Porfirio Díaz, Ives Limantour, apasionado defensor de la inciativa privada, la economía de mercado, y la participación de capital extranjero en la economía, inició, reconociendo su error, la nacionalización de las empresas ferrocarrileras, jsutificando su cambio de conducta en la afirmación de que, el interés de las empresas ferrocarrileras privatizadas, en manos extranjeras, no se correspondía con el inetrés nacional. Tuviernon que pasar muchos años y una revolución armada, para que dicho proceso  se coluyera, bajo la presidencia del Gral. Lázaro Cárdenas. Traigo esta idea a colación, porque una cuestión que hoy es notoria es que los intereses de la industria automotriz ¿mexicana? tampoco han desontado ser los intereses de nestro país, en la medida en que muchos productos que le venden a la ciudadanía están muy lejos de cumplir con muchos de los requisitos de seguridad activa y pasiva, protección del medio ambiente, adecuados a la realidad mexicana. Cuando uno observa como esos mismos vehículos se venden en Euopa, Estados Unidos, Canadá o Japón, uno se da cuenta que en los mercados de países emergentes del tercer mundo, no se ofrecen los mismo elementos de seguridad y confort que en aquellos países. Los pretextos y justificaciones son muchos, pero sin duda dos de las causas de la situación, son consumidores poco educados y poco exigentes de sus derechos, así como gobiernos que dismuladamente pasan por alto aplicar las leyes y reglamentos en la materia debido a la corrupción. También porque prefieren sacrificar la seguridad de los usuarios con tal de atraer inversiones y mantenerlas en el país, lo que no es sino una política de gobiernos débiles, corruptos que se ponen de rodillas ante las grandes empresas extranjeras. No entiendo porque los autos y vehículos que circulan en nuestro país, México, tienen que carecer de muchos de los elementos de protección, seguridad y confort que en los países del primer mundo; no entiendo porque hasta las propias autoridades económicas, industriales y de transporte consideran que somos ciudadanos de segunda clase, menos que los que viven en el primer mundo y que por lo mismo, se nos puede vender productos que un europeo o norteamericano o japones no aceptaría. Si el gobierno está para servir a la ciudadanía porque en materia automotríz, como en muchos otros aspectos, se pode del lado de los intereses de las grandes empresas trasnacionales. Sólo la carencia de honor, dignidad y corresponsabilidad social, a los que se suma la corrupción, pueden explicar esa manera de actuar de nuestros gobernantes.
No pido aquí que se nacionalicen las empresas automotrices que se han instalado en territorio nacional, pero si que se les obligue a darnos productos con la misma calidad y los mismos elementos de seguridad que en los países del primer mundo, no somos ni humanos de segunda y menos aun subhumanos. Como sociedad tenemos que exigir al gobierno y a las empresas automotrices adecúen sus intereses a los del país, al de los ciudadanos.

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