Consulta abierta de COFETEL sobre nuevos canales de televisión

La Comisión Federla de Telecomunicaciones, COFETEL, se dispone a llevar a cabo una consulta pública con el fin de obtener opiniones respecto a los criterios que deben normar las próximas licitaciones que la Comisión puede elaborar para la asignación de concesiones para canales de televisión digital abiertos, es decir, accesibles a todo el público. La Comisión ha advertido que el resultado de la consulta no tiene un carácter vinculante, dicho en otras palabras, que no tiene obligación se actuar conforme a los resultados de la consulta pública, sino solamente considerar dichos resultados como una opinión. Nos parece que es una consulta que llega demasiado tarde y que por lo tanto, no servirá de mucho. Tarde porque se hace justo a menos de un año de que se lleven a cabo las nuevas elecciones para renovar los poderes de la Unión (ejécutivo, legislativo federales y de algunos estados) y eso supone que el margen para elaborar y publicar nuevas licitaciones es muy reducido, salvo que se hagan al vapor o que la consulta sea sólo una pantalla para cubrir  de legalidad y legitimidad lo que ya está decidido de antemano, lo que sentaría un precedente muy preocupante. O peor aun, podría sucedeer que la Consulta y sus resultados se dejaran en el olvido cuando las nuevas autoridades asumieran el poder resultando la consulta un trabajo inútil, con un gasto económico injustificable. La consulta también es tardía pues se pretende llevarla a cabo a 5 años de distancia de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación  declarara inconstitucional la ley de medios promovida por Televisa y Azteca en protección de sus intereses paticulares. Motivo por lo cual, sumado a los anteriores, nos parece que la consulta esta fuera de tiempo y lugar. Tal consulta debería haberse hecho en el marco de una nueva legislación de medios y telecomunicaciones, que hasta la fecha no se ha redactado y menos aún aprobado por el poder legislativo. por otro lado, por las evidencias que tenemos a la mano, abrir una tercera o cuarta cadena nacional puede ser bueno, pero no lo será lo suficientemente si su operación se deja a los criterios empresariales y mercantiles. Ciertamente, de entrada, entre más opciones mejor, pero las concesiones y permisos futuros deben apuntar a que existan opciones de televisión abierta que operen con toda libertad no ceñidas a los criterios comerciales. Televisa y Azteca así como el Canal 28 (que se llama a sí misma cadena tres), muestran la rigidez del esquema de empresa privada, que privilegian supuestamente la diversión y el entretenimiento para los jodidos como dijo alguna vez Emilio Azcárraga Milmo, dejando del lado el indudable carácter educativo y formativo que tiene la televisión abierta y disfrazando así las verdaderas intenciones políticas que van mucho más allá de simplemente etretener y distraer a la gente en sus horas de descanso y ocio. Nuevas opciones de televisión abierta digital o analógica deben apuntar a un esquema más abierto y democrático en donde distintos actores sociales puedan hacer escuchar su voz en temas políticos, económicos, sociales y culturales de interés general, así como para que puedan proponerse alternativas novedosas de solución a los problemas que nos aquejan. Desafortunadamente la COFETEL, como la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y la Secretaría de Gobernación muestran muy poca comprensión de la importancia central que la televisión abierta tiene en la vida de nuestra sociedad, y también demuestran una gran miopía respecto a las enormes posibilidades que este medio de comunicación ofrece para ahondar en una vida pública más democrática. Y si tienen esa comprensión y entendimiento, entonces demuestran una actitud bastante tímida por decir lo menos, que poco ayuda a lograr una convivencia social más abierta, libre, plural y dialogante, es decir, democrática. En México, en sus autoridades federales, todavía hay mucho miedo (infundado) a la pluralidad y la libertad de pensamiento, opinión y difusión masiva, cuando es el ejericio de las libertades señaladas lo que puede posibilitar una esquema de vida más tolerante y más alejado de la violencia simbólica y física.